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domingo, 4 de marzo de 2012

100 obras de música clásica que llevo en el coche-el concierto para piano nº 5 de Beethoven

Ludwig van Beethoven nació en Bonn, Alemania, el 17 de diciembre de 1770. Murió en Viena, el 26 de marzo de 1827. Considerado el último gran representante del clasicismo vienés (después de  Gluck, Haydn y  Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender la música del romanticismo, influyendo en diversidad de obras musicales del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara. Beethoven es reconocido como uno de los más grandes compositores de la historia. Ocasionalmente, es mencionado como parte de «Las tres bes» (junto con Bach y Brahms).
Hoy presento lo que es para mi es  su mejor obra, que ya es decir: El Concierto nº 5 para piano y orquesta, Opus 73, conocido popularmente como Emperador. Se lo dedicó al Archiduque Rodolfo, alumno y amigo personal del compositor. No se sabe con seguridad a que se debe el nombre Emperador, siendo probablemente puesto por editores por considerarlo el más importante de sus conciertos para piano y orquesta.
El concierto tiene una duración aproximada de cuarenta minutos, y como todos los conciertos para piano de Beethoven, el primer movimiento es particularmente largo, de aproximadamente veinte minutos de duración. Este está escrito siguiendo la forma sonata, con tres temas,  "alegro", "adagio" y "rondó". El Concierto nº5 para piano de Beethoven rompió del todo con el género habitual del concierto, y la obra no se concibe única y exclusivamente para resaltar la virtuosidad del solista, sino que más bien se trata de una sinfonía con la participación de un piano.
Como de costumbre voy a poner los tres movimientos, pero interpretados por diferentes artistas.
a) Alegro: El concierto comienza con una resplandeciente cadencia del instrumento solista sobre un acorde de la orquesta que parece una improvisación libre. Después tres minutos en que el pianista mira y la orquesta toca, situación que no se va a volver a dar prácticamente en todo el concierto. El movimiento está enteramente concebido en la forma sonata pero considerablemente ampliado en sus desarrollos, formados por distintas variaciones entre el piano y la orquesta que van recorriendo un enorme ciclo armónico. Los temas se van convergiendo y oponiendo en una especie de dialéctica de la fuerza y del sentimiento ¡Maravilloso!

b) Adagio: es casi lo contrario del Allegro: tranquilo, calmado, lírico… excelente pieza, introspectiva y brillante. El segundo movimiento posee un gran lirismo, y es sin duda el más conocido de los tres movimientos. El tema es introducido por la orquesta, a lo que sigue la exposición pianística. El tema se repite en tres ocasiones con distintas variaciones. La coda termina introduciendo, lentamente, el tema principal del tercer movimiento.

c) Rondó:  Este sigue ininterrumpidamente al segundo y es un típico rondó italiano. A lo largo del movimiento, la parte solista y muchos de los tutti de la orquesta muestran un brío realmente enloquecedor.

 Resumiendo: Obra maestra del género sin posible discusión. Información extraída de los enlaces añadidos.

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