"Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades"
Recientementese ha clausurado la exposicion que Antonio López ha realizado en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Pensaba ir a verla, pero por multiples razones no ha podido ser, asi que tengo que conformarme con poder admirarla en esta página. Antonio López es el "maestro" de realismo español del siglo XX. Es un pintor "diferente" pues suele exponer cada 20 años y con muchas de sus obras inacabadas, pues exige a su obra, la filosofía de su vida. Tiene 75 años, es un hombre menudo, fibroso,
con el rostro cincelado por el tiempo. Y sigue siendo austero, sencillo, libre
y con ese sentido de la fidelidad que le lleva cada otoño a querer pintar el
membrillero de su jardín. Con él se reaprende la pasión de lo cotidiano, sus pinturas son trofeos a la perseverancia y una actitud ante el arte y la vida. Honestidad, simplicidad y universalidad y auteridad, son solo cuatro cualidades que definen a este enamorado de Velázquez -"es el único
al que siempre vuelvo porque siempre tiene algo que decirme"- y Veermer, duro
detractor de Pablo Picasso -"Estoy harto de Picasso... ha tapado
demasiadas cosas (...) y su presencia es abusiva", ha repetido mil veces
con la autoridad que solo puede tener alguien que goza de prestigio
internacional-, la mayor parte de su obra está en manos privadas, que le han
convertido en pintor de cifras mareantes, que se olvidan al
contemplar su sencillez y la entrega total a su trabajo en el día a
día. El manchego convierte en arte los aspectos más cotidianos dela realidad con una elaboración lenta, metódica y meditada hasta el
extremo para captar la esencia del objeto, paisaje o figura
representada, que le lleva a rehacer, retocar y corregir durante
años -ha reclamado en reiterados ocasiones a clientes obras
ya vendidas para retocarlas-. "Para mí la palabra acabar no
existe", ha afirmado el artista en muchas ocasiones como resumen
de su proceso creativo, retratado fielmente en la película "El sol del membrillo", de Víctor Erice y Premio del Jurado en Cannes en
2002. Un encuentro entre dos genios en una película-documental que no deja de ser una historia, la historia de un cuadro y del proceso de su creación. Una pelicula bella, interesante, distinta y que uno piensa que va a ser un rollo pero poco a poco te va atrapando aunque le sobra mas de media hora de metraje, pero merece la pena. informacion extaida de los enlaces añadidos.
Aquí teneis la descarga en dos enlaces 1 y 2 y ahora un video de la exposicion.
PD.-Este trueque es gratuito y va dirigido a todos mis seguidores blogueros.
Recuerda "Cuando bebas agua, recuerda la fuente"
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