Cambio como variación de personas, no como
intercambio o permuta entre ellas, que es lo que está ocurriendo actualmente en
todos los órdenes de nuestra vida diaria. Cambio como transformación o como
mutación, pero siempre movimiento. Cambio de personas y de generaciones, cambio
de ideas, de realidad y de actitudes, cambio de maestros, médicos, abogados,
secretarias e incluso de tenderos, porque todos nos anquilosamos y maleamos. Un sendero por el que creo debe de ir la sociedad del futuro.
Pero muy especialmente cambio de
políticos, y de mandatarios, ¿No lo hacemos cada año con el presidente de
nuestra comunidad de vecinos?
Creo que todo el que aspira a un puesto
político, ejecutivo, o del tipo que sea, entra con unas aspiraciones y unos
compromisos legítimos, muchas veces con el convencimiento de encauzar o crear
un proyecto, otras simplemente para arrimar el hombro a una causa, y otras
tantas de sacar algo de tajada. Pero en general, luego no hay quien los saque.
Todo proyecto debe tener un tiempo para
poder ser realizado, pasado este hay que irse, aunque no se hayan cumplidos los
objetivos propuestos, y por tanto hay que dar paso a otros proyectos y otras ideas. Considero
que no se debería de estar más de un tiempo prudencial en el cargo; en
política, 8 años creo que es un tiempo necesario y límite. Todo tiene un principio y debería
de tener un final. De esta manera se equilibraría y acercaría el poder a la
sociedad. Como dice el proverbio todo lo que sube baja.
Mi sistema tiene un fallo de raíz, muchos no opinan igual y prefieren
lo malo conocido que lo peor por conocer. Y en política ni te cuento.
Gozamos de un poder que, aunque limitado y
gradual, nos pertenece. Y no es otro que la libertad. Si queremos, por tanto,
podemos cambiar el estado de cosas actual. Con razón escribió Wittgenstein que la mayor parte de nuestros errores
proceden de la voluntad.
Mi amigo me enseñó que el cambio es
necesario por el propio cambio, él seguramente no era capaz de cambiar sus
convicciones, pero si su voto.
Por este motivo,
me postulo por el cambio, no
porque me guste Kasparov, pues ya ha
demostrado tanto dentro del ajedrez, como fuera, que es capaz de lo mejor y de lo peor.
O porque me
desagrade IIyumzhinovl, sino porque ya ha pasado su tiempo.
Pero además deberíamos de cambiar todos los prebostes y asociados de la Federación Española, de la Gallega y de otros
estamentos y ámbitos de nuestra vida. Pasado un tiempo todos fuera.
Además que más podemos pedir, el propio Kasparov "Es hijo del cambio" como dice en su primer libro autobiográfico.
Finalizo con el lado más positivo de esta leyenda del ajedrez, y con la que muchos llaman "La inmortal del "ogro"
Finalizo con el lado más positivo de esta leyenda del ajedrez, y con la que muchos llaman "La inmortal del "ogro"
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