“El alfil es más fuerte, pero el caballo es más
astuto” Dicho ruso
Han pasado casi seis meses desde que inicie esta serie. Una secuencia que tuve que dejar a medias, pero que como este tipo de finales tienen "su
intríngulis", quiero continuarla. Todavía me faltan cuatro o cinco entradas, que espero lleguen hasta la navidad. Para su realización he
utilizado como referencia bibliográfica los siguientes libros, aunque no sólo en estos, y que por supuesto recomiendo:
a) "Los 100 finales que hay que saber" de J.De La Villa:
un libro básico de finales, pero que cualquiera que quiera tener un cierto nivel
en esto del ajedrez, debe de conocer a pies juntillas.
b) "Técnica para el jugador de torneo" de Dvoretsky
: otro libro muy recomendable, que a pesar que es un pequeño compendio de
artículos, de Dvoretsky y Yusupov y no un tratado propiamente de finales, tiene
mucho que aprovechar; muy práctico y para todos los niveles.
c) "Finales de piezas menores" de Rey Ardid: una libro que forma parte de una magna obra,
y que a pesar que ya ha pasado un tiempo desde su publicación, es muy
recomendable.
d) "El verdadero valor de las piezas en ajedrez" de Soltis: un libro que debo de confesar me ha sorprendido gratamente, de fácil
comprensión y bien elaborado.
e) "El poder de las piezas menores" de J. Timman: un libro muy interesante del que os hablaré en otra ocasión.
Todos en español, pues creo que es el idioma en que mejor
nos entendemos.
Y ahora os dejo con el ejercicio
del otro día y la solución es la :
d) El negro hace tablas, pero con mucha dificultad.
d) El negro hace tablas, pero con mucha dificultad.
La solución es de problema, pero lo mejor es que fue jugado en una partida real Parma-Gligoric. Bled 1961 y para ello el jugador de negras debía de conocer claramente el mecanismo defensivo, pues parece que el negro está perdido. Gligoric según cuentas las crónicas, en absoluta calma, componía este final digno de un estudio. Veamos:
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