Antonín
Dvořák (Nelahozeves, 1841 - Praga, 1904) fue un compositor checo postromántico y nacionalista, uno de los
grandes compositores de la segunda mitad del siglo XIX . sin perder una
amplia proyección internacional, supo extraer las esencias de la música de su
tierra Bohemia).
En 1873 saltó a la fama con su
composición “Himno Patriótico”, de hondo calado nacionalista. Ese mismo año
obtuvo el reconocimiento internacional con su colección de “Danzas eslavas”. En
1892 acepta la invitación de marchar a Nueva York como director del
Conservatorio Municipal; en América. Bajo
la influencia de los “espirituales negros” y de la música popular americana escribiría
algunas de sus obras más famosas: la Sinfonía del Nuevo Mundo (1893), sin duda su obra mas conocida, el Cuarteto
en fa mayor (1893), los Cantos bíblicos (1894) y el Concierto
para violoncelo y orquesta (1895). La nostalgia de la patria le indujo a
regresar a Praga, donde volvió a ocupar el cargo de profesor de composición del
Conservatorio, alcanzado en 1891.
La obra de Dvorak es muy variada: desde la ópera a la música de
cámara pasando por la música sinfónica, terreno al que dedicó más atención. En su orquestación busca la
espectacularidad, conseguida a través de contrastes dinámicos y de la
experimentación de nuevas combinaciones tímbricas. Algunos de los recursos que
emplea son propios de los compositores eslavos, como la utilización frecuente
del registro grave del violín y el uso de los instrumentos de metal en pianissimo.
Rusalka es la ópera mas conocida de de este compositor. El argumento se basa en una fábula popular de Moravia.
Rusalka, la ondina de los lagos, le pide a una bruja que la transforme
en mujer para entregarse al amor de un joven príncipe. Se trata
de una obra de fantasía, en la cual el elemento dramático apenas
existe, centrando la acción en su contenido poético y simbólico.
El aria más conocida de la ópera es la Canción a la Luna, que canta Rusalka para pedirle que la convierta en un ser humano que pueda ser amado por El Príncipe. Esa noche, Rusalka confía a la Luna el amor que siente, cantando esta preciosa aria. Su
deseo le es concedido con la condición de que quedará muda y sin poder
volver a ser una ninfa. Además, si el amor resulta que no es sincero,
ella y su amado se condenarán. Como vemos es una adaptación del cuento de "La Sirenita" de Andersen. Información extraída de los enlaces añadidos.
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