Seguramente el Réquiem en Re menor, Op. 48 por Gabriel Fauré, es el más hermoso, emotivo y diferente de todos los que conocemos. Alejado del tenebrismo, fatalismo y del tremendismo propio de estos actos, opta por un tono predominantemente apacible, escribiendo algo diferente a lo acostumbrado. Fauré nos asombra y nos reconforta, llegando a los más profundo, por todo lo que tiene de sencillez, de inspiración, de canto y melodías convertidos en esperanza, oración eterna para los vivos que lloran a sus seres queridos. El inicio de su composición se produjo tras la muerte de su padre y así he querido que sea en mi caso. Información extraída de los enlaces añadidos.
Y ahora os dejo con lo que son para mi sus dos pasajes mas bellos: El sanctus
"In Paradisum" último fragmento y grandíismo colofón del requiem.
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